La educación es una tarea compartida entre los tutores o tutoras del niño o niña y sus educadores y educadoras cuyo objetivo es la formación integral del niño o niña.
El educador o educadora tiene la responsabilidad de hacer partícipes a las familias y facilitarles toda la información necesaria para que se sientan unidos a la escuela y por tanto responsables del proceso educativo de sus hijos o hijas.
Los tutores o tutoras son responsables en el proceso educativo de sus hijos o hijas. La colaboración con ellos debe garantizarse desde todas y cada una de las funciones que se da en la escuela infantil.
Una buena interacción entre la escuela y la familia, ofrece al niño y niña una imagen de acercamiento y relación entre las personas que se ocupan de su cuidado. Cada relación familia/educador(a) es única, por eso ha de ser individualizada, debe estar basada en la confianza y en el conocimiento mutuo.
Relación
con las familias:
como el núcleo fundamental en el desarrollo de los niños y niñas:
entrevistas individuales y reuniones a lo largo del curso, fiestas,
etc. La escuela favorecerá los encuentros durante las entradas y
salidas, durante la lectura de los paneles informativos o visita a la
sala de exposiciones, entre otros.
REUNIONES
La relación familia, escuela es uno de los aspectos fundamentales
del proceso educativo y una de la principales garatías de su calidad
y eficacia. A lo largo del curso padre y educadores mantienen
reuniones en las cuales intercambian información respecto al niño,
y se comunican aspectos relativos al desarrollo evolutivo, emocional
y cognitivo de los niños de cada edad. Tanto la dirección de la
escuela como las educadoras de la misma, permanecen disponibles a la
demanda de los padres ante cualquier duda, preocupación que quieran
tratar. Así mismo, la escuela infantil dispone de una atención
profesional psicopedagógica y pediátrica periódica llevada a cabo
por técnicos del Organismo Autónomo.
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